Yo ya llegué, ¿Y ustedes?

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Columna Corren Rumores

Hilario Olea

Yo ya llegué, ¿Y ustedes?

Lunes 3 de noviembre de 2025

AMOR A PRIMERA VISTA… Esto pasó en 1975, hacía pocos días que había caído el gobernador Carlos Armando Bienbrich, a quien obligaron a renunciar por la matanza de campesinos en San Ignacio Río Muerto, aunque todo mundo sabía que fue un castigo que le impuso el presidente Luis Echeverría por haber tenido la osadía y deslealtad de andársela jugando con Mario Moya Palencia, secretario de Gobernación, para la presidencia. Después de esa renuncia se vino una persecución y cacería contra los biebrichistas promovida por el gobernador sustituto Alejandro Carrillo Marcor. En ese ambiente llegamos a la redacción del Sonorense y aquello fue de impacto directo. Fue amor a primera vista y sentir que encontrábamos nuestra verdadera vocación. En ese momento estudiábamos para agrónomos después de haber intentado ser abogado.  Pero ya estaba escrito, que lo nuestro era ser periodistas. Y hoy cumplimos 50 años de haber encontrado profesión y vocación.  Y déjeme decirles que se nos ha ido el tiempo volando porque lo hemos disfrutado a totalidad, sobre todo por haber tenido siempre el respaldo de una gran mujer, que es mi esposa Alma Rosa.  Pues nada, ya nos chutamos medio siglo de estar de aplastateclas.

EL VIEJO MAYORGA… Sergio Mayorga, uno de los mejores jefes de taller periodístico que hemos conocido tenía una frase cuando alguien le  decía que estaba muy viejo. Simplemente decía en forma socarrona: Si, pero yo ya llegué ¿ Y ustedes?  Y miren, primeros 50 años en el oficio del periodismo. Cierto, ya estamos viejos, pero ya llegamos ¿ Y ustedes?. De Mayorga hubo mucho que aprenderle porque se las sabía de todas en el sistema offset. Cuando nos veía redactar en las viejas máquinas Remington se acercaba y después de darnos un zape en la cabeza nos decía: Inútil, acuérdate que hay que escribir conciso y con seso. Luego nos llevaba a la sala de fotocomposición para enseñarnos unas galeras largas que obvio no cabían en la página. Había que editarlas para hacerlas más breves. Pero no se tomaban la molestia de regresarla a los reporteros, sino que simplemente le aplicaban la ley que dice: Donde coma, punto. Y donde punto, a chingar a su madre. Aquí cortamos y lo que se perdió se perdió.  Por eso había que se breves y concisos. El viejo había llegado del periódico El Siglo, de Torreón.

LLEGADA AL SONORENSE… La llegada al Sonorense fue una mera chiripa. Resulta que el periódico, lo iban a comprar a Faustino Félix Serna un grupo de empresarios amigos de Carlos Armando Biebrich y planeaban que el nuevo director en lugar de Enguerrando Tapia, enemigo declarado del gobernador, fuera Jesús Blanco Ornelas, que en ese tiempo era director de El Imparcial.  Ya había invitado a un grupo de periodistas a sumarse al proyecto. Ahí andaba Pacho Rodríguez, amigo desde la infancia en Villa de Seris, y quien nos había dado la oportunidad de escribir para su revista Triángulo.  Cuando fui ya había caído Biebrich, pero en redacción estaban amigos de la prepa como quien fue mi compadre Nacho Blancarte y el gran periodista y mejor amigo Toño Duarte, que me tomó de aprendiz y chalán. Viví esa época con la cobertura que dio Toño. Más para picarme a seguir esta profesión.

SE LAS COBRO ENGUERRANDO… Enguerrando Tapia, el mejor periodista que haya parido Sonora, había sido amenazado por la gente de Biebrich, que una vez que compraran el Sonorense se iba a tener que ir, no solo del periódico sino del estado.  Pero cayeron primero ellos y Enguerrando se las cobró. La cobertura de la caída, la persecución policiaca y legal contra ese grupo fue cubierta en su totalidad.  Nos tocó estar en las conferencias de prensa de Carrillo Marcos tirando duro. Cuando le pusieron la trampa a Pepín Biebrich en la oficina del nuevo tesorero Héctor Lutherott  Para qué decir lo que ETQ escribía a diario en su columna Libreta de Apuntes. Aquel frenesí informativo hizo que terminara enamorado de la profesión más bonita del mundo.  Además, Enguerrando aprovechó para lograr una gran amistad con Luis Echeverría, al grado que en una de sus giras visitó  sus oficinas en El Sonorense. Después lo haría como candidato nada menos que José López Portillo.  Con esto, se cobraba las amenazas y se consolidaba como el periodista político más poderoso de Sonora.

“EL JEFE” PANCHO… Hoy que cumplimos estos 50 años en esto, no puede menos que agradecer a todos los que me tendieron la mano y me abrieron las puertas. Además de darme amistad y apoyo. Sobre todo estoy agradecido con Pancho Hernández Torres, subdirector de El Sonorense y mano derecha de ETQ.  Me enseñó a dar los primeros pasos. Me dejó cubrir la etapa de aprendiz pasando por la policiaca, deportes y luego en información general. Me enseñó los trucos del periodismo y a saber valorar el oficio. Fueron los tiempos del periodismo de noche, cuando las órdenes de trabajo nos las daban en la Zona de Tolerancia, por fuera del cabaret Lucila.  Mucho que recordar y mucho que agradecer.  Pero gracias a Dios, ya llegamos.

En fin, como dijo el Folongo Avila:  Caballo que alcanza, quien sabe si gane, pero ya llegó. Sale.

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