4T: ¿a quién culpará por sus fracasos?

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Columna Archivo Confidencial

Armando Vásquez Alegría

4T: ¿a quién culpará por sus fracasos?

Viernes 5 de septiembre de 2025

CUANDO EL GOBIERNO de la 4T se quede sin figuras externas para culpar por sus fracasos enfrentará una situación crítica –como ya está ocurriendo–, que puede desarrollarse de varias maneras, dependiendo de su estrategia, contexto político y social.

Sheinbaum busca nuevos “culpables” internos o externos, como instituciones internacionales, medios de comunicación, grupos sociales específicos:  empresarios como Ricardo Salinas, periodistas incómodos o dar vida a una oposición que insistentemente se ha dicho que no existe e incluso eventos abstractos como “crisis globales”.

En el caso de la 4T, podría intensificarse el discurso de polarización, señalando a “los conservadores”, “neoliberales” o “traidores a la patria” (como el caso de la senadora Lilly Téllez) como responsables de los problemas, aunque esto sea cada  vez menos creíble y en el caso de la sonorense la victimiza. Otro caso, tanto se ha desgastado la figura de Felipe Calderón que el efecto no es el mismo en tiempos de Amlo que en el de la era Sheinbaum. Ya no sirve ni para comentario de columna.

Y es que, si la estrategia de culpar a otros pierde efectividad, el gobierno peligrosamente podría recurrir a medidas más autoritarias para mantener el control. Esto incluye restringir libertades de prensa, perseguir a opositores o implementar políticas que concentren más poder en el Ejecutivo, como ocurre con las reformas judiciales que, al ser la corte uno de sus bastiones, en automático se retira una coyuntura más para culpar por los yerros gubernamentales cuatroteros.

Sin un chivo expiatorio claro, la ciudadanía puede empezar a percibir la  incapacidad para resolver problemas estructurales (economía, seguridad, corrupción). Esto lleva a una erosión de la popularidad y confianza en el proyecto político. En el caso de la 4T, que ha dependido mucho de la figura carismática de Amlo –desmejorado por Andy y el resto de sus hijos–, y de un discurso de transformación, el desgaste podría ser más pronunciado si los resultados concretos no cumplen con las expectativas generadas.

Y luego tenemos el robo de narrativas pues a partir de hoy cualquier logro de gobierno en materia de combate a la inseguridad en México, luego de la visita de Rubio, en el imaginario popular quedará la idea de que fue gracias a la presión y actuar de EU, en lugar de reconocer el esfuerzo del gobierno de Sheinbaum, lo cual es un tema que poco se ha dirimido. Ah, y tampoco podrá la presidenta culpar a Estados Unidos de todos los males por los que atraviesa México por las consecuencias lógicas que esto acarrearía. Es otro cliente imbuido en la culpabilidad que se le va.

La 4T para desviar la atención de sus errores, su gobierno podría recurrir a generar distracciones, como iniciativas populistas, eventos mediáticos o conflictos artificiales. Esto podría incluir la promoción de nuevas reformas o programas sociales de alto impacto mediático, (más becas) aunque no necesariamente efectivos, para mantener el apoyo de su base.

Cuando no hay a quién culpar, las tensiones internas dentro del propio movimiento truenan como palomitas: caso Noroña, Andy y los nuevos ricos, declaraciones  encontradas de liderazgos de Morena, enfrentamiento entre los hermanos Monreal, los aliados insatisfechos de otros partidos, denuncia de violación de legisladoras morenistas y el etcétera seguirá, de tal forma que, al hacerse más evidentes esos roces, los recursos políticos y económicos empezarán a escasear y se incrementarán las rispideces conforme se acerquen los años electorales.

También tiende a agotarse la culpabilidad de los gobiernos anteriores (“el neoliberalismo”, “la mafia del poder”) porque se complica el modelo y requiere de  mayor profundidad en la interpretación para que la gente no los confunda con el anterior sexenio lo que reduce su impacto.

Por cierto, el peso de las redes sociales se incrementará y prueba de ello es que en un estudio de la empresa www.dinamic.site que analiza la interacción de temas en plataformas arrojó que en el caso de la nueva SCJN, hubo 43 millones de mensajes de los cuales el 74.9% fue de rechazo.  Hay otros en los que la diferencia entre el amor y odio a Sheinbaum se achica peligrosamente para la 4T.

La polarización ha sido una herramienta clave para mantener cohesión, pero su  eficacia podría disminuir si la ciudadanía percibe que los problemas (crecimiento económico limitado, el golpe al bolsillo, desempleo, servicios públicos ineficaces, inseguridad persistente y reformas recientes, ya viene la del INE) no se resuelven y al contrario generan controversias.

En contraparte, como ya está ocurriendo poco a poco, la reacción social pondría en auge la resistencia pasiva a través de manifestaciones de protesta, mayor activismo político o rechazo en las urnas si percibe un vacío de responsabilidad.

No le queda de otra a la 4T más que intensificar el discurso de “nosotros contra ellos”, señalando a nuevos “enemigos” ligados a intereses extranjeros principalmente el FMI y OEA que son los últimos juguetitos preferidos de los  gobiernos socialista de América Latina para cobijar la ineficiente administración gubernamental.

En el caso de México en el cual ya casi han acomodados las leyes a su modo, no les queda de otra que reforzar el apoyo de su base electoral con más apoyos sociales, aunque esto implique presión fiscal o endeudamiento y el despegue de la inflación como ocurre en Venezuela.

También se ve venir propuestas de reforma de alto impacto simbólico, como nacionalizaciones o cambios constitucionales, para mantener la narrativa de “transformación histórica”, incluso si son inviables o divisivas.  Es que no pueden perder el poder pues ya conocen el destino persecutorio que les espera.

EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en  Organizaciones…   

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