Columna Mensajes
Gilberto Armenta Reyes
Racismo por prácticas religiosas
Martes 21 de octubre de 2025
No me sorprende que “sesudos” columnistas tengan el atrevimiento de hablar de cristianismo, cuando no le entienden ni un ápice al catolicismo que dicen profesar.
Primero. En idioma cristiano, no se dice feligresía, sino congregación; espero tomen nota.
Segundo. ¿Será que nunca ha servido como secretario de gobierno un cristiano, salvo Adolfo Salazar, y por eso ahora les sorprende que él haga pública su creencia espiritual?
Tercero. Y si a a historia política y de gobierno nos vamos, tendrían esos mismos columnistas que verificar las asistencias de los anteriores secretarios de gobierno a misas católicas y a los diversos sacramentos.
Bastaría darle una “hojeada” a la sección de sociales de El Imparcial, cuya hemeroteca no mentiría en esa búsqueda.
Cuarto, y último. Antes que político, el secretario de gobierno actual es cristiano, y para los que no le entienden a esto, reza La Biblia que lo último que un cristiano haría sería negar a Cristo.
He leído a muchos que la política y la religión son una mezcla explosiva. ¡ja!
Nada más falso que eso porque, como funcionarios públicos, todos ejercen una religión; es más, hasta el ateísmo que podrían algunos practicar, es una religión propiamente dicha.
¿Por qué les molesta que un funcionario público ejerza su cristianismo; pero no les importa que en el mismo derecho lo haga un católico, un musulmán, o un protestante de otra y variada ideología?
Pues, es muy claro: La consigna es pegarle a Adolfo Salazar Razo a través de líneas editoriales cargadas de frustración y enojo;, y lo hacen desde la conciencia de sus problemas personales que no han logrado resolver, o desde el raciocinio endeble de su análisis nada político.
En ningún país, como en México, se castiga y se critica el cristianismo que se profesa, desde cualquier profesión o actividad laboral. Se llama racismo por prácticas religiosas. Punto.
Por último: No es Adolfo Salazar Razo el primer cristiano con cargo público en la estructura estatal de gobierno: No lo sería tampoco en la municipal ni en la federal, si algún día perteneciera a cualquiera de las dos.
Hay cientos de mujeres que lo son, y también así de hombres, trabajando como funcionarios públicos en los tres niveles de gobierno, y que pertenecen, de forma activa, a una de las más de 280 iglesias cristianas evangélicas registradas tan solo en Hermosillo. Y se siguen sumando.
Al fin y al cabo, no existe el requisito de “no ser cristiano”, para protestar como tal.
¡Busquen de Dios, que mucha falta nos hace!