¿Transparencia u opacidad?… he ahí la cuestión

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Columna Encuadre

José F. Medina

¿Transparencia u opacidad?… he ahí la cuestión

Miércoles 15 de octubre de 2025

Dicen que en la vida del hombre/mujer llega un momento en que se está más allá  del bien y del mal.

Y ese momento, desde hace algunos años, llegó para este escribidor.

No sé bien a bien cómo, pero llegó en silencio, sin sobresaltos, como queriendo ordenar una vida desordenada por gusto.

Con ello quiero decir que estoy en paz con el mundo, comprendiendo y aceptando lo bueno y lo malo, sin que esto modifique mis pensamientos y decisiones.

En pocas palabras: no tengo fobias pero tampoco filias innecesarias.

Solamente busco actuar de la manera correcta y justa, digamos, desde mi particular visión, y con absoluta independencia.

Este chorizo semifilosófico, casi casi a la altura intelectual (ja) de lo que pensaba Nietzsche sobre aquéllos dos conceptos, viene a cuento para que mis tres lectores consuetudinarios tengan la certeza que lo que escribo en esta columna sobre los señalamientos y el accionar de ciertos personajes del mundillo de la política y sobre el acontecer cotidiano, no tiene dedicatorias influenciadas, y menos sesgos desmedidos e intereses ocultos.

Y también viene a colación ese remedo de disertación sobre el bien y el mal porque una vez más, creo entender que nuestra Presidenta volvió a meter la pata durante La Mañanera del Pueblo.

Sé que al menos dos de mis tres lectores –chairos, por supuesto- no estarán de acuerdo conmigo, y casi oigo su tono de amistoso reclamo y una serie de justificaciones. Pero bueno, me voy a arriesgar.

No sé si nuestra mandataria lo haga a propósito como una manera de desviar la atención de lo fundamental, o en definitiva, son lapsus que le pegan duro a su credibilidad.

Me explico: el domingo pasado, durante su visita a Veracruz a propósito de los graves daños en viviendas y en infraestructura carretera y edificios públicos que dejó las torrenciales lluvias en la zona norte de ese Estado, en un momento álgido ante los reclamos recibidos por algunos pobladores, aseguró que no se iba a ocultar nada de lo sucedido.

Loable su postura.

Sin embargo, horas después, ya este martes, quizá ante las dimensiones de los daños, nuestra mandataria cambió su discurso de transparencia durante la conferencia de prensa matutina, y fue aquí donde “la puerca torció el rabo”, como dice la conseja popular.

Una instrucción al secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, generó controversia al ser captada en audio: “No digas municipios afectados”.

La frase, dicha en voz baja antes del informe del funcionario sobre acciones sanitarias en zonas impactadas por las lluvias, desató las críticas en redes sociales y medios por una presunta opacidad, contrastando con las promesas de transparencia.

El comentario, captado por micrófonos y transmitido en vivo, se viralizó rápidamente.

Quiero conceder el beneficio de la duda, y pensar que la instrucción girada fue en ahorro de tiempo.

Pero bueno, el tema que realmente me preocupa –sí, me preocupa porque quiero que le vaya bien a mi Presidenta- es que ya son varios yerros comunicacionales los que ha cometido, desde mi perspectiva.

Y con ello, la figura presidencial podría entrar en un irremediable e innecesario desgaste ante los ojos de los mexicanos.

En algún momento lo asenté también en estos mismos párrafos: quien habla mucho se equivoca mucho, y Sheinbaum no es AMLO. No tiene su vagancia política ni su habilidad para comunicar.

A la Doctora se le nota mucho cuando miente, con el consecuente impacto negativo.

Si en verdad a su equipo de comunicación le importa y quiere cuidarla, vale más que vayan considerando la posibilidad de dosificar las conferencias diarias matutinas.

En tanto esto sucede, el recuento de daños por lluvia en varios Estados del país sigue incrementándose, y los afanes del gobierno para atender a la gente –no exentos de reclamos-, también.

Hago votos para que las autoridades estén a la altura de las demandas de apoyo de miles de ciudadanos, en estos días aciagos.

Ya veremos.

 ENCUADRE PUNZANTE

1). ¿En verdad no había “datos científicos” que pudieron evitar muertes y desapariciones debido a las lluvias torrenciales en Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí?

2). La difícil situación de los productores agropecuarios del país ya hizo crisis. Aumento en los costos de producción, caída en los precios internacionales y la falta de políticas públicas efectivas para el agro, los tiene al borde del colapso. Solo así se explica sus manifestaciones de inconformidad y en demanda de apoyo.

3). La Comisión Nacional de Derechos Humanos “devolvió” 70 millones de pesos de su presupuesto a la Secretaría de Hacienda para que sean destinados a la atención de damnificados por lluvias. Quién sabe si era necesario. La doctora Sheinbaum reveló que había un fondo de 19 mil millones para atender este tipo de contingencias.

Solo espero que ahora la falta de dinero no sea pretexto para que la CNDH justifique una deficiente defensa para miles de mexicanos agraviados por sus autoridades.

 IN PROXIMUM

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