Columna Archivo Confidencial
Armando Vásquez Alegría
Hermosillo: ¿Antes y después de los libramientos?
Lunes 21 de septiembre de 2025
EL LIBRAMIENTO norponiente de Hermosillo partirá del kilómetro 20 de la carretera 15 (o cuatro carriles), cinco kilómetros arriba de la caseta de cobro. Trazará un arco de 30 kilómetros que rozará con el poblado Miguel Alemán. Con una inversión de 1,180 millones de pesos, se espera concluya en 2027. Es un esquema público-privado que libera al Ayuntamiento de cualquier carga de deuda.
Lo mismo aplica al libramiento surponiente: iniciará en la intersección del Boulevard Quiroga con la carretera del Palo Verde y culminará tres kilómetros arriba del Cerro de la Virgen. Serán 8.8 kilómetros con un presupuesto de 500 millones de pesos. A diferencia del primero, no incluirá puentes, pero ambos contarán con cuatro carriles para un flujo eficiente.
La Concesionaria Seri S.A. de C.V. obtuvo la concesión por 30 años para construir, operar, explotar, conservar y mantener ambas vialidades. No son solo kilómetros de asfalto: desviarán el tránsito pesado, descongestionando el centro urbano y cortando la contaminación. Se calcula un flujo anual de 1.5 millones de vehículos pesados, un alivio tangible para la ciudad.
Es el “antes y después” que Hermosillo anhela, evocando oportunidades truncadas como la desaladora de 2002. Aquel proyecto, impulsado por el gobernador Armando López Nogales, prometía una zona industrial masiva entre la capital y la costa, más el rescate de 18 mil hectáreas agrícolas salinizadas. Un detonante económico que naufragó en roces políticos con el alcalde hermosillense Francisco Búrquez. ¿Se imaginan el Hermosillo de hoy si esa visión hubiera cuajado?
Ahí radica la astucia de Antonio “Toño” Astiazarán: su mantra de “no pelearse con el gobernador” es un colmillo político que neutraliza enojos, como el de los diputados morenistas que rechazaron el presupuesto municipal de este año, casi torpedeando estas obras pivote.
Cada alcalde deja un legado y este será el suyo. Lo no dicho, pero palpable, es que los libramientos preparan un despegue exponencial. Hay entusiasmo industrial a la vista —inversiones iniciales de hasta 4,000 millones de pesos en el corredor surponiente—, seguido de expansión comercial y habitacional.
No olvidemos el pulmón financiero: los fondos municipales se atan al censo. Hermosillo aún navega con el de 2020 (936 mil habitantes), y el próximo ajuste federal y estatal llega hasta 2030, cuando las proyecciones marquen 1.1 millones. Cifras extraoficiales apuntan a un crecimiento más acelerado, tensionando la planeación en vivienda, servicios y más. Es un pendiente rojo.
Pero se gobierna con lo que hay, y con astucia. La tesorera Flor Ayala triplicó el presupuesto: de 3,000 millones en 2021 a 8,000 millones para 2024 y la misma suma en 2025, impulsado por mayor recaudación de impuestos y derechos, sin tocar el predial. Ingeniería financiera en estado puro.
En su primer informe del segundo período, Toño desgranó logros amplios: https://goo.su/u9odt ¿Quién diría que casi todas las patrullas serían eléctricas? Adiós a la cantaleta eterna de “no hay dinero” para obras grandes. Contrasta con gestiones pasadas, como la de Célida López, salpicada de fallos en recolección de basura —temblores en el servicio y opacidad—, baches eternos y sequía crónica.
En los últimos cuatro años, por mi calle, pasan los camiones de basura en las fechas y horarios debidos.
El bacheo, aunque no figuró en el informe, se volvió transparente: cerca de un millón de metros cuadrados atendidos, con un “bachómetro” público consúltalo aquí: https://goo.su/eycv Es un mal endémico, sobre todo post-lluvias, que cualquier administración heredará. Sobre la escasez de agua no se habla de tandeos, pero esta falta del líquido no deja de ser una calamidad constante pese a los 121 pozos y planes para 2026.
Toño resaltó la planta tratadora de aguas residuales que arranca en enero de 2026 con 140 millones de pesos. Generará 2,500 litros por segundo para el sector industrial —clave para Ford—, liberando agua potable para la ciudad.
Curioso: la PTR, con igual caudal ya construida, no resolvió el déficit de agua tratada y lo peor es que su financiamiento escaló de manera impresionante según consta en la certificación de Cocef emitida el primero de abril del 2011 donde se manejó un costo de 86 millones 150 mil dólares, algo así como mil 700 millones de pesos. Aquí el documento: https://n9.cl/ga6f2 Lección: eficiencia ante todo.
En materia de seguridad, la gente proveniente de Obregón dice que cuando entran a Hermosillo se sienten seguros, tranquilos, con calma. No es para menos: reconocimientos nacionales avalan avances, en seguridad, perfectibles pero reales. Aquí no son una constante las ráfagas de metralleta al aire como en Culiacán o Caborca y es muy raro escuchar el ulular de sirenas de la policía por las calles.
Claro, los accidentes viales siguen en picada —difícil erradicar la imprudencia, sobre todo con choferes de “carros chuecos”—, pero los libramientos ayudarán, junto a programas viales constantes y mejoras en ejes como Solidaridad y Colosio.
¿Protestas frente a Palacio Municipal? Hace rato que no asoman. Ni sindicatos municipales, ni organizaciones sociales arman revuelo, como en otros tiempos.
Con el crecimiento, vendrán demandas lógicas: más servicios, más todo. Pero si Toño mantiene y sostiene el timón, Hermosillo no solo rodará; despegará. Y aunque el diablo está en los detalles, la pista ya se pavimenta.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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