Columna Archivo Confidencial
Armando Vásquez Alegría
Combate al narco: entre Farsas y Cifras Infladas
Lunes 25 de agosto de 2025
NICOLÁS MADURO Y SUS subalternos han estado manejando cifras de decomiso de drogas de una manera “mañosa” para justificar su lucha contra el narco ante la opinión mundial. Establecen información de reciclaje, es decir, un tonelaje de droga se coloca en una parte del país y se publicita como un gran triunfo y luego, esa misma es “descubierta” en otra región y se suma a la lista de victorias.
Pero van más allá. En abril de 2025, las autoridades venezolanas reportaron un decomiso récord de 15 toneladas de cocaína en el estado de Zulia, acompañado de la detención de seis alcaldes, incluida Indira Fernández Duarte, de la municipalidad de Guajira, según Venezuelanalysis. El operativo se presentó como parte de una campaña contra el narcotráfico ligado a la oposición de extrema derecha, pero surgieron dudas sobre su autenticidad. Culpan pues a integrantes de la oposición.
Hay trampas también en cuanto a los números pues hay partes oficiales donde hablan de un mismo decomiso, pero con diferente tonelaje sin dar a conocer la cadena de custodia, auditorías y demás mecanismos para dar credibilidad a sus datos. Hay informes al contrario de organizaciones como InSight Crime y Transparencia Venezuela.
Mientras este tipo de chapuza se utiliza en aquel país, en México han ocurrido situaciones un tanto similares que impactan en la veracidad de la información.
Ejemplos:
Un boletín del Gobierno Federal https://n9.cl/sydsj2 estableció el pasado 22 de agosto que fueron decomisados 900 kilos de cocaína al suroeste de las costas de Acapulco, Guerrero, que fueron encontradas flotando y se dieron cuenta gracias a una llamada anónima. Luego enfatizan que se evitó que alrededor de 1,800,360,000 dosis (Un mil 800 millones 360 mil) llegaran a manos de jóvenes, cifra que es imposible. Pero algunos medios como TV Azteca, se fueron con la finta.
Cálculo: 900 kg = 900,000 gramos. Si una dosis es 0.1 gramos, entonces: 900,000 gramos÷0.1 gramos/dosis= Nueve millones. Por más que reduzcan el gramaje los números no casan.
Uno más:
La FGR con redoble de tambores informó que el pasado 9 de abril en Gómez Palacio, Durango decomisó 250 litros de heroína líquida en un tráiler que en realidad era diésel y el caso fue una farsa para inflar los logros del gobierno. Se desdeñó el caso legalmente pero no se aclaró mediáticamente.
Otro:
Ocurrió en febrero de este año en Nogales, donde reportaron todas las instancias de gobierno el decomiso de 5.4 toneladas de fentanilo. Hablamos entre 1,800 y 2,700 millones de dosis, pero los comunicados no especifican una cifra de este tipo, lo que sugiere una omisión deliberada o un cálculo impreciso.
Conjunto pegado, recientemente, el 22 de este mes, se reportaron tres decomisos en esta frontera 39 libras de fentanilo en polvo, 77,600 pastillas de fentanilo y 2.5 libras adicionales de fentanilo en polvo, junto con 103 libras de metanfetamina. Aunque este reporte proviene de autoridades estadounidenses (CBP), la operación fue en colaboración con la FGR mexicana, lo que la vincula al contexto del sexenio de Sheinbaum.
Un caso más:
También en marzo reciente, en Tamaulipas, se reportó la incautación de 10 millones de litros de diésel en Altamira, como parte de una operación contra el “huachicol fiscal” (combustible contrabandeado desde Estados Unidos). Fue cuando se confiscó un buque, contenedores, tractocamiones y armas. No hubo detenidos y fue un “pitazo”.
Y por último los 839 laboratorios desmantelados en lo que va del sexenio, cifra que medios importantes de EU ponen en duda y con pruebas. Algunos como NewsNation publicaron la posibilidad de que muchos estuvieran inactivos.
En este tipo de operativos que son botones de muestra, cuentan con una serie de patrones que llaman la atención.
Hay cifras de incautación que son exageración o errores como los 1.8 mil millones de dosis en Acapulco. Otros como en el caso de Sonora no cuentan con un rigor estadístico en la información proporcionada.
Asimismo, el hecho de que no se hayan presentado detenciones significativas como en los operativos de Acapulco, Altamira y Nogales limita su impacto, sobre todo cuando señalan que se lograron por “denuncias anónimas” lo que despierta el sospechosismo, sobre todo porque los niveles de fentanilo no bajan considerablemente en EU lo que debería de ocurrir si fueran cifras cien por ciento confiables.
Se presenta también opacidad en la metodología pues en ninguno de los casos se proporcionan detalles sobre cómo se estimaron los volúmenes, valores económicos o impactos sociales como dosis evitadas en el cruce fronterizo que presumen sin conocerse su credibilidad y en la que olvidaron admitir que podría deberse a cambios en las tácticas de los cárteles (como nuevas rutas de contrabando) más que a un éxito de las autoridades mexicanas, lo que pone en duda la interpretación oficial.
Aunado a lo anterior desapareció (2018- 2024) la Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones que generaba datos representativos a nivel nacional sobre la prevalencia, tendencias y factores asociados al consumo de sustancias psicoactivas, así como sobre los problemas de salud mental en la población mexicana. Sin datos confiables, no se puede evaluar si los decomisos afectan el mercado interno o solo el tráfico hacia Estados Unidos.
La mencionada herramienta fue sustituida por la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco ligada a la Secretaría de Salud, pero está en pañales.
Las inconsistencias presentadas en la lucha contra el narco las conocen al dedillo las autoridades gringas. Por eso la revaloración otorgada a Maduro y cómo le ha ido, en este contexto similar al de México podemos ubicar como causal tangible el posponer 90 días el castigo de los aranceles por parte de Trump a quien no es tan fácil engañar.
En ambos casos, la falta de transparencia en la metodología y la ausencia de detenciones relevantes sugieren un intento de inflar estadísticas para proyectar éxito. ¿Podrán México y Venezuela combatir el narcotráfico sin transparencia, o seguirán atrapados en un ciclo de propaganda?
EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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