Periodistas frente a la inteligencia artificial: ¿aliados o sustitutos?

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Columna Olor A Dinero

Feliciano J. Espriella

Periodistas frente a la inteligencia artificial: ¿aliados o sustitutos?

Martes 19 de agosto de 2025

Los medios mexicanos enfrentan un reto urgente: dejar de discutir si la IA es amenaza y comenzar a usarla como herramienta. El periodista que no se actualice corre el riesgo de convertirse en fósil digital en una industria que no perdona rezagos.

El sábado pasado, en Hermosillo, se llevó a cabo un curso singular: Inteligencia Artificial para medios, organizado por la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México A.C., Distrito Sonora, bajo la presidencia del ingeniero Roberto Sitten. La nutrida asistencia y el entusiasmo de los participantes mostraron que la IA ya no es un asunto futurista, sino una herramienta de supervivencia profesional.

Si los ingenieros de minas están preocupados por aprender a aplicar estas tecnologías, ¿qué deberíamos estar haciendo los periodistas, locutores,  conductores y productores de contenido? La respuesta es incómoda: no lo suficiente. Mientras en las redacciones todavía se debate si las notas pueden o no ser escritas por una máquina, la realidad avanza sin pedir permiso.

La automatización ya llegó

Hasta hace poco, hablar de robots en la prensa sonaba a ciencia ficción. Hoy, agencias como Associated Press o Reuters usan IA para elaborar reportes financieros y deportivos con una precisión y velocidad envidiables.

En México, los grandes medios coquetean con estas herramientas, mientras que muchos regionales las ven con recelo, temiendo que sustituyan al reportero de a pie. Sin embargo, el dilema no es si llegará, sino si estaremos preparados para aprovecharla en lugar de ser desplazados. Ya existen programas que generan videos con presentadores virtuales, voces clonadas e infografías automáticas.

Las habilidades que marcarán la diferencia

La IA no eliminará la necesidad de comunicadores, pero sí cambiará radicalmente su perfil. Las habilidades del futuro no estarán en la simple transmisión de información —eso ya lo hace un algoritmo— sino en la interpretación, el análisis crítico y la capacidad de contar historias con sentido humano.

El periodista del mañana deberá dominar tres áreas fundamentales:

1.         Alfabetización tecnológica. No todos serán programadores, pero sí deberán entender qué puede y qué no puede hacer la IA, cómo usarla y cómo detectar sesgos.

2.         Criterio ético y analítico. En un mundo donde la máquina puede escribir la nota, será el juicio humano el que distinga lo relevante, verifique la veracidad y evite la manipulación.

3.         Narrativa multiplataforma. Las audiencias ya no consumen medios en un solo formato. Quien se limite al papel o al micrófono perderá frente a quienes sepan adaptar un mensaje a video, audio, redes sociales e interactivos.

¿Desaparecerán las voces humanas?

Un temor recurrente es que la clonación de voces acabe con locutores y conductores. Y sí, ya existen noticieros que podrían transmitirse con presentadores virtuales que no piden vacaciones. Pero también es cierto que el público busca autenticidad. Una voz se puede clonar, la empatía y la personalidad no. La diferencia estará en la capacidad de cada comunicador para construir una identidad única, irrepetible.

Aliarse, no resistirse

La gran lección del curso organizado por la Asociación de Ingenieros de Minas es clara: quienes se anticipan y se forman, sobreviven. Para los medios, la IA no será un verdugo, sino una aliada que automatice tareas mecánicas —transcripciones, búsqueda de datos, edición básica— y libere tiempo para lo esencial: pensar, analizar y conectar con la audiencia.

El reto en México es doble. Los dueños de medios deben invertir en capacitación tecnológica. Y los comunicadores deben aceptar que el aprendizaje será permanente. Quien se conforme con lo que aprendió en la universidad corre el riesgo de volverse un fósil digital.

El periodismo mexicano enfrenta una encrucijada histórica. La IA no nos quitará el trabajo, pero sí pondrá en evidencia a quienes no estén dispuestos a evolucionar. El futuro del trabajo en medios dependerá menos de la tecnología que de la disposición de los comunicadores a reinventarse.

Como lo demostraron el sábado pasado los comunicadores que llenaron un salón para aprender de inteligencia artificial, el mensaje es contundente: no se trata de esperar a que el futuro llegue, sino de salir a buscarlo.

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

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