Columna Archivo Confidencial
Armando Vásquez Alegría
Morena: Populismo caótico sin rumbo
Jueves 14 de agosto de 2025
PARA COMPRENDER qué tipo de régimen vive México en estos momentos, lo pudiéramos catalogar como capitalismo democrático con matices populistas y estatistas.
Hay cuatro etapas que conforman un régimen:
Emergente: Es decir que surge tras un cambio significativo con una ideología o proyecto en formación, pero sin instituciones consolidadas.
Consolidación: El régimen establece instituciones, políticas y un marco ideológico claro, ganando legitimidad y estabilidad.
Madurez: El régimen está plenamente definido, con nuevas instituciones sólidas, reglas claras y aceptación generalizada (o control autoritario efectivo).
Transformación o declive: El régimen enfrenta crisis, reformas o reemplazo por otro sistema.
El actual gobierno y Morena se encuentran en la segunda etapa. Cambiaron la Constitución con todo lo que ya sabemos, pero ello no es suficiente para establecer un sistema que según los especialistas tarda como mínimo dos generaciones –entre 25 y 50 años–, debido a las transformaciones profundas necesarias en materia política, económica, cultural y de injerencia externa.
El régimen es un espacio temporal de un gobierno que puede cambiar con elecciones o revoluciones y su aplicación es menor a una generación. La revolución mexicana, por ejemplo, para el cambio inicial tomó entre 5 y 10 años. Los cambios graduales (reformas, democratización tardan 1-2 generaciones) y los colapsos de sistemas entre 1 y 3 (entre 25 y 75 años).
A como hemos visto, no hay de momento un caminito que nos lleve a un tipo de sistema pues los tumbos nos llevan a un exacerbado capitalismo hasta un desteñido socialismo no marxista con bases estatistas populares. El actual no está consolidado, repetimos.
Ello lleva a la oposición a centrar sus críticas en acciones inmediatas tomadas por los gobernantes no en modelos definidos al cual atacar, por eso pensamos que como oposición es inexistente o muy débil al no poder establecer un fin último que persiguen.
Quienes controlan a Morena aun no determinan el fin último de su camino. ¿En qué vamos a terminar?, ¿en una dictadura blanda como la del PRI en su momento con espacios para negociaciones legales e ilegales y adecuaciones de políticas? O bien, ¿populismo de izquierda, socialismo light o capitalismo regulado?
La retórica de la 4T mezcla nacionalismo, anti-elitismo y políticas sociales, sin un marco ideológico unificado. Las reformas estructurales (como la judicial) son vistas por algunos como un fortalecimiento del régimen y por otros como un riesgo para la democracia. La dependencia del T-MEC y la inversión extranjera limitan cualquier giro hacia un modelo no capitalista, lo que contradice parcialmente su narrativa.
Es difuso, pues las reformas de Morena sugieren una centralización del poder, pero México sigue siendo una democracia electoral con todo y lo que se dice. La economía es capitalista, pero la retórica anti-neoliberal y el énfasis en el Estado crean incertidumbre sobre el rumbo a largo plazo.
La 4T no parece buscar un cambio de sistema (de capitalismo a socialismo, por ejemplo), sino una reconfiguración dentro del capitalismo. Esto sugiere que cualquier cambio profundo requeriría al menos 1-2 generaciones para consolidarse, similar a la transición del PRI a la democracia pluralista (1968-2000, 1.3 generaciones).
Factores específicos que afectan el cambio de un sistema son la resistencia institucional, la polarización, principalmente la división entre partidarios de Morena y la oposición podría alargar el proceso, como se vio en la hegemonía del PRI. La economía global, toda vez que la integración de México al T-MEC limita cambios radicales hacia sistemas no capitalistas y las crisis catalizadoras de tipo económico o social.
Cuando ganó el PAN la presidencia –media generación–, no logró consolidar un régimen. En el caso de Morena habría que preguntarnos, ¿cuántos de los actuales protagonistas que sostiene de alguna manera la “ideología difusa” de Morena estarán vivos dentro de 20 años? En caso dado valdría la pena preguntarnos ¿qué tipo de morenistas nos pudieran gobernar en dos o tres sexenios?
En un ejercicio simplón pregúntese que le viene a la mente cuando se menciona una palabra o un pitido como los bochos que era su característica. Si dice PAN hablamos de conservadurismo, iglesia, “mochos”, con PRI no hay pierde: corrupción ¿y Morena? sin duda, narcopolíticos que se lo ha ganado a pulso. El resto aún están indefinidos.
En este contexto debemos entender que Sheinbum está diseñando el modelo sano de Morena (por su estilo más técnico que el de Amlo) con sus aplicaciones dentro del partido, (nuevas reglas del juego entre ellas los diez mandamientos y no permitir la reelección entre familiares con lo que golpea a sus partidos satélites) pero la resistencia es tal que quienes aún tienen su pedazo de poder ven, por ejemplo un peligro que quiera desaparecer las pluris que es tanto como quitarles su mantenimiento y el de sus equipos de trabajo y complicidades de años.
Gente como Andy López Beltrán (por su relevancia generacional) y la misma Luisa María Alcalde no manejan una visión allende una generación. Viven al 2030 y las consecuencias al interior de Morena –el PRI empezó con una ruptura en su interior que generó el PRD (1988) que luego de romperlo Amlo conformó Morena (hace catorce años) –, alejan la visión de Sheinbaum que impulsa su pensar conformado en el segundo piso de la 4T. Busca pues, una nueva generación de morenistas conforme a sus dictados.
¿Le irá a alcanzar el tiempo?, ¿hacia dónde podría evolucionar la 4T si logra madurez? ¿Es Amlo realmente el ideólogo de este movimiento, o lo es Sheinbaum? Son preguntas claves difíciles de contestar.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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