Columna Archivo Confidencial
Armando Vásquez Alegría
La austeridad agrava los desastres naturales
Mates 12 de agosto de 2025
EN MÉXICO, cada año, se presentan 25 huracanes, (entre 50 y cien inundaciones y deslaves significativos); 23 mil 340 sismos de baja magnitud (menores a 4.0 en la escala de Richter) y de uno a tres superiores a 6.0; entre siete y ocho mil incendios forestales que afectan en promedio entre 260 mil a 600 mil hectáreas, (el año pasado los ocho mil quemaron un millón 672 mil 216 hectáreas, un aumento del 60% respecto a 2023, el peor año registrado desde 1998).
Durante el sexenio de Amlo, cada año se presentaron entre 10 y 20 colapsos de estructuras significativas (2.5 puentes por deficiencias y falta de mantenimiento y por las mismas razones tres colapsos fuertes en el aeropuerto de CDMX durante sus seis años y Sheinbaum lleva uno reciente).
La política de austeridad de Amlo redujo el gasto en infraestructura a su mínima expresión afectando el mantenimiento de la infraestructura y su pensamiento anticorrupción eliminó el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) el 28 de julio de 2021 junto con 109 fideicomisos más. Así, sin denuncias para castigar el mencionado mal manejo de esos organismos.
Fue un mero capricho como la reducción presupuestaria del 50% al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica que es el “escudo sanitario” de México en el sector agroalimentario), quesque para facilitar la libre importación de alimentos como la carne, el pollo y los granos para combatir la inflación y reducir los precios de la canasta básica. Por esta decisión se incrementó el gusano barrenador y sigue cerrada la frontera de EU a la importación de ganado mexicano.
Pero regresemos al tema de los desastres naturales pues hay una constante cuando se presenta una crisis originada por ese origen y es que los más afectados son las comunidades pobres, con infraestructura precaria, sufren más, y la falta de mantenimiento en sistemas de prevención (drenajes, alertas sísmicas) agrava los impactos.
Hay varios factores generales, entre ellos la falta de mantenimiento de la infraestructura carretera, de hospitales y todos aquellos que corresponde al Estado mantener con eficacia. Y los orígenes son variados, desde falta de recursos económicos, corrupción gubernamental, indiferencia de funcionarios y ciudadanos, favorecimientos a constructoras ligadas al poder y que realizan mal su trabajo (caso inundación de Nogales) o una supina ignorancia técnica de aquellos burócratas responsables de este tema como acaba de ocurrir con el problema de inundación en el aeropuerto de CDMX.
En un tema local como Nogales ya vimos que fue una constructora que hizo mal su trabajo la responsable del hundimiento en aguas broncas de una parte de ese municipio; en el caso del aeropuerto internacional de la CDMX y su paro de labores por cuatro horas, con pérdidas millonarias se debió a una falta de previsión.
Abundemos un poco. Durante el sexenio de Amlo hubo seis crisis originadas por fenómenos naturales:
En noviembre de 2020: Fuertes lluvias, asociadas a frentes fríos y tormentas tropicales (como ‘Eta’ y ‘Iota’), provocaron inundaciones masivas en Tabasco y Chiapas.
En Tabasco, lluvias torrenciales por el orden de los 900 mm de lluvia en cuatro días provocaron la muerte de ocho personas y 21 desaparecidas. Se afectó a 2 millones de habitantes, con cerca de 100,000 evacuados. Más del 50% de Villahermosa quedó bajo el agua, y mil 200 escuelas resultaron dañadas al igual que hospitales. Los daños económicos se estimaron en 700 mdd. En Chiapas 31 municipios quedaron inundados.
El sismo de septiembre de 2021 en Guerrero con magnitud de 7.1 que causó al menos tres muertes y decenas de heridos más daños en más de 500 escuelas en once estados que reportaron daños significativos.
Las inundaciones durante el mismo mes y año en Tula, Hidalgo, y Ecatepec, Estado de México cuando se desbordó el río Tula causó la muerte de 17 pacientes con COVID-19 en un hospital del IMSS debido a cortes de energía y falta de oxígeno. Estas inundaciones afectaron a comunidades pobres y expusieron la falta de mantenimiento en sistemas de drenaje.
Los efectos del conocido huracán Otis categoría cinco, en octubre del 2023 que dejó al menos 52 muertos, 32 desaparecidos y miles de millones de pesos en pérdidas materiales. El otro huracán en ese mismo mes y año, Norma, que tocó tierra en Los Cabos que causó muchos destrozos pero sin pérdida de vidas humanas.
En septiembre del 2024 se inundó Acapulco con deslaves que causaron al menos ocho muertos y la evacuación de mil personas a refugios.
La 4T ha demostrado que no tiene la capacidad de otorgar una respuesta gubernamental adecuada y si bien es cierto que programas como los de la Secretaría de Bienestar ayudaron a mitigar algunos impactos, la falta de coordinación y recursos inmediatos generó descontento, y más cuando Amlo evitó enfrentar directamente las zonas más afectadas.
El Fonden no va a regresar. El peso toral recayó en el Plan DN-III-E (ejército, marina y las tres órdenes de gobierno, como desde siempre ha sucedido) y Sheinbaum le apuesta a la prevención. Igual que todos sus antecesores.
El problema es que en 2025 conforme al presupuesto para desastres naturales que pasó del año pasado de 18 mmdp a 18 mil 914 mdp, al desaparecer los fideicomisos como el Fonden, (cuya utilización de recursos duraba hasta un año) se vuelve un caos mayúsculo la aplicación de esos recursos que son a todas luces insuficientes para atender catástrofes que por cierto, el gobierno mexicano contrato un seguro por 5 mil mdp pero redituable en uno o dos años por lo que la ayuda pronta y expedita se vuelve un viacrucis para los más pobres.
Ha esto agregue que se generó el Fondo de Prevención de Desastres Naturales (FOPREDEN) que se enfoca en la prevención y tiene una asignación de 237.1 millones de pesos para 2025. ¿Suficiente para campañas efectivas nacionales?, no creo.
Es cuando jala el foco de atención al trabajo de las organizaciones ciudadanas relacionadas con la protección civil, pero, desgraciadamente, no las toman en cuenta al no sentarlas en las mesas de negociaciones presupuestales.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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