Con H de humanidad: Hermosillo cambia para incluir

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Columna Olor A Dinero

Feliciano J. Espriella

Con H de humanidad: Hermosillo cambia para incluir

Viernes 20 de junio de 2025

No todas las transformaciones se notan en los grandes anuncios ni en las cifras espectaculares. Algunas ocurren en silencio, en los pasillos de una oficina pública que por fin abre sus puertas a todos por igual; en una banqueta sin obstáculos; en la voz de quien por años fue ignorado. Son esas transformaciones —las que nacen desde la empatía y el sentido de justicia— las que definen el verdadero carácter de un gobierno.

En México, las personas con discapacidad han sido relegadas a los márgenes de la vida urbana, víctimas de un diseño institucional que las excluye por omisión. La falta de accesibilidad, la ausencia de políticas públicas efectivas y la indiferencia social han hecho de la discapacidad una doble condena: la física y la estructural.

Por eso es necesario y muy merecido destacar lo que está ocurriendo en Hermosillo, donde el alcalde Antonio “Toño” Astiazarán ha decidido asumir con seriedad y convicción el desafío de construir una ciudad más justa, más humana. Esta semana presentó el Plan H Suma, una iniciativa integral que busca no solo cumplir con la ley, sino hacer realidad el derecho a la inclusión de miles de personas que durante años han vivido en condiciones de invisibilidad.

Astiazarán ha dicho que esta nueva transformación es “la más especial de todas”, porque no solo busca que la “H” de Hermosillo suene fuerte, sino que vibre con sensibilidad. Y vaya que hace falta sensibilidad cuando hablamos de un sector de la población que enfrenta barreras para lo más básico: moverse por una banqueta, entrar a una oficina de gobierno, acceder a un empleo o simplemente ser escuchado.

El Plan H Suma incluye acciones concretas: modificación de reglamentos internos en todas las dependencias municipales, designación de enlaces institucionales encargados de los temas de accesibilidad e inclusión —quienes además serán personas con discapacidad o cuidadores—, así como la incorporación de una partida presupuestal específica para 2026 que permita realizar adecuaciones e inversiones en infraestructura.

Con estas medidas, el gobierno de Hermosillo también busca cumplir con el mínimo del 3% de personas con discapacidad en su nómina, como lo marca la  legislación estatal. El Plan será coordinado por COMUDIS, en colaboración directa con cada una de las dependencias del Ayuntamiento. Lo que se plantea es un modelo que no dependa de voluntades personales, sino de estructuras que garanticen su continuidad.

La presentación del Plan estuvo acompañada de historias que humanizan aún más esta transformación. Se habló, por ejemplo, del caso de Julissa, madre de una niña con discapacidad auditiva, quien encontró en los programas del municipio no solo acompañamiento emocional, sino un espacio para descubrir su voz. Participó en talleres, concursos de fotografía y, eventualmente, se animó a lanzar su propio emprendimiento: la venta de chorizo casero con la que sostiene a su hija. Historias como la de Julissa revelan el potencial transformador de un gobierno que no se limita a administrar recursos, sino que escucha, acompaña y empodera.

En el mismo evento, se ofreció la conferencia “Si te caes, me invitas: el lado positivo de la adversidad”, a cargo del coach de resiliencia David Montalvo. Más allá del tono motivacional, la charla dejó reflexiones importantes: caerse es inevitable, levantarse es opcional, y nadie está verdaderamente preparado, pero todos podemos estarlo si tenemos redes de apoyo y entornos más justos.

El mensaje de fondo es claro: las barreras no se caen solas, hay que derribarlas con acciones colectivas. Astiazarán lo dijo con claridad: este esfuerzo requiere del compromiso no solo del gobierno, sino también de la sociedad. Porque hablar de inclusión no es un favor ni un gesto de buena voluntad; es un derecho constitucional, y más aún, una obligación ética.

En tiempos donde la política suele reducirse a la estridencia o al cálculo electoral, es refrescante —y esperanzador— ver a un alcalde apostarle a una transformación que no da votos inmediatos, pero sí cambia vidas. A eso se le llama visión de futuro. Y en una ciudad como Hermosillo, que aspira a ser moderna, abierta y solidaria, ese futuro empieza derribando los muros invisibles que aún nos separan.

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima

Twitter: @fjespriella

Correo: felicianoespriella@gmail.com 

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