Por nacionalización de exportadora de sal en México, empresa japonesa se lleva clientes

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Tomado de Milenio

Fabby Mirabda

Lunes 14 de abril de 2025

Bajo la administración de Sheinbaum, la nueva dirección logró en los primeros 100 días de gobierno, colocar el químico en el mercado internacional para normalizar la producción. 

Tras la nacionalización de la Exportadora de Sal, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2024, la empresa japonesa Mitsubishi se llevó la cartera de clientes, por lo que una montaña de 3 millones de toneladas de sal se acumuló a lo largo de un año. 

Bajo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, la nueva dirección logró en los primeros 100 días de gobierno, colocar el químico en el mercado internacional para normalizar la producción.

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“El año 2024 fue muy complicado, porque se dio la venta de las acciones de Mitsubishi, se dio la nacionalización, se volvió una empresa completamente paraestatal, pero no se tenía bien focalizado el área de comercialización. 

“Entonces, en los primeros cien días, la tarea más apremiante que me dio el secretario (de Economía) Marcelo Ebrad, fue colocar el producto, darle certeza de ventas a esta compañía”, señaló Moisés Poblanno Silva, director general de Exportadora de Sal S.A. de C.V.

La Exportadora de Sal, S.A. de C.V. (ESSA) es una concesión minera que se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, que con más de 33 mil hectáreas -rentadas a cinco ejidos–, constituye la salinera más grande del mundo.

En un recorrido realizado por MILENIO, Poblanno Silva mostró cada uno de los procesos de obtención de la sal marina, cuyo uso es industrial; así llegamos a la montaña que ahora, se estima en 1.2 millones de sal acumulada, tras reactivar las exportaciones de la materia prima hacia países como China, Taiwán, Japón, Corea, Estados Unidos, Costa Rica y próximamente Qatar, entre otros.

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“Logramos en estos 100 días poder colocar la sal ya en diferentes países, en diferentes mercados internacionales; es un paso adelante para la empresa porque era algo que sin el socio japonés era muy complicado. 

“Los funcionarios del gobierno de México nunca tuvieron la tarea de comercializar el producto, no porque no quisieran, sino porque no era parte de sus funciones. Esa fue una de las tareas que el socio japonés llevó a cabo a lo largo de las décadas en que fue socio de la empresa”, precisó Moisés Poblanno.

Así fue la nacionalización de la Exportadora de Sal

Fue el 24 de febrero de 2024, cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador nacionalizó la empresa Exportadora de Sal; la compañía tenía una participación estatal mayoritaria del 51 por ciento y el resto pertenecía a la empresa japonesa Mitsubishi, por lo que el gobierno invirtió mil 500 millones de pesos a fin de adquirir la totalidad de las acciones.

“La inversión para comprar las acciones de esta empresa son del fondo minero. Que antes se robaban el fondo minero, me consta, se lo entregaban a gobiernos municipales, gobiernos estatales, y desaparecía el fondo minero”, dijo el entonces presidente, durante la firma del convenio por la nacionalización de la empresa, realizada en el municipio de Mulegé.

En aquel momento, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, precisó que no se trató de una expropiación sino de un acuerdo alcanzado con directivos de Mitsubishi. Resaltó que hasta esa fecha –2024–, la Exportadora de Sal reportaba una producción superior a los 8 millones de toneladas anuales, con capacidad de abastecer a la industria de la región Asia-Pacífico y Costa Este de América del Norte; y con capacidad para recibir y cargar barcos de hasta 180 mil toneladas.

Los retos tras nacionalizar la Exportadora de Sal

Sin embargo, tras la salida de Mitsubishi que se llevó la cartera de clientes, la producción cayó de 8 millones de toneladas anuales, a menos de 5 millones para 2024. El actual director de la paraestatal aseguró que este 2025, se alcanzará una producción de 7 millones de toneladas.

“El 2024 fue un año complicado para la exportadora, porque no se pudo producir más porque no había donde almacenar más sal; por lo tanto, la producción bajó, también las ventas no fueron las que esperaban y había que almacenarla en algún lado; por eso el apilamiento tanto en el puerto de Chaparrito como en Isla de Cedros tenían cerca de los 3 millones de toneladas almacenadas, cosa que hoy en día el cerro del apilamiento ha ido disminuyendo a 1.2 millones de toneladas”, señaló Moisés Poblanno.

El director de ESSA dijo que logró colocar la materia prima en el mercado internacional para este 2025, en un aproximado de 25 dólares por tonelada; pero uno de los objetivos de la actual administración es incorporar valor agregado, para obtener mayores ingresos y brindar mayor solvencia a la empresa.

“La sal es un commodity y valdría la pena incorporar valor agregado, generar algunos otros químicos que provienen de los productos de sodio o incorporarnos al nuevo mercado de las baterías de sodio que son más estables químicamente que las de litio. Veremos de qué manera poder incursionar en esos nuevos mercados”.

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Poblanno Silva destacó que la paraestatal opera en números negros, y que fuera del costo del 49 por ciento de las acciones a Mitsubishi, el gobierno federal nunca ha transferido recursos a la empresa, lo que implica que se dejó de invertir en infraestructura; por lo que al año se gasta cerca de 600 millones de pesos en diésel.

Estimó que se requiere una inversión de alrededor 5 millones de dólares para modernizar la planta de lavado que data de hace 30 años, así como el Puerto de Chaparrito donde se cargan las barcazas y el Puerto de Cedros, que es donde se cargan los barcos de alto calado.

“Todo ha sido productor del tiempo y la falta de inversión; sin embargo, con la visión que tuvo el presidente López Obrador de nacionalizarla, hoy nos estamos reposicionando en el mundo.

“Ya colocamos toda la producción del 2025, ya está comprometida la venta; ya empezamos el compromiso también con 2026 y 2027, que con esto se da certeza para la compañía, certeza para los trabajadores, certeza para la comunidad de Guerrero Negro, de Baja California Sur y de México”, señaló Moisés Poblanno Silva, director general de Exportadora de Sal S.A. de C.V.

La ESSA aporta el 84 por ciento de la producción de sal en el país, orientada principalmente a la exportación. México está en el séptimo lugar a nivel mundial con la elaboración de sal de 8.7 toneladas métricas y, junto con Chile, es uno de los principales productores de América Latina.

La exportadora cuenta con más de 70 años de operación, y da empleo a mil 300 personas. Se fábrica sal marina con calidad superior al 99.7 por ciento de contenido de cloruro de sodio, debido a que en Guerrero Negro se cuentan con las condiciones biológicas y climáticas que hacen posible esa calidad.

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“Hay viento, hay sol, hay poca lluvia al año y estos son los elementos que permiten que se pueda cristalizar en los vasos de producción y después que se pueda cosechar para su correspondiente lavado y después su distribución”.

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De las 7 millones de toneladas de sal industrial que se producirán, cerca de 100 mil toneladas corresponden a sal de mesa. 

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“El mayor volumen de producción está en la sal industrial, aquella por su granología que son mayores tipos de grano que tienen también un nivel de pureza de entre el 99.7 y el 99.9 por ciento de pureza”, destacó Moisés Poblanno.

​La sal que se produce en Guerrero Negro tiene aplicaciones en el sector químico, la industria farmaceútica, en el tratamiento de agua potable o en la fabricación de plásticos; mientras que las salmueras residuales se usan para el deshielo de carreteras, y para la obtención de sal de mesa.

https://www.milenio.com/internacional/empresa-japonesa-clientes-nacionalizacion-exportadora-mexico

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